El Atroz e Indignante Feminicidio de Valentina Trespalacios.
Desde el momento mismo que se conoció la noticia del feminicidio de Valentina Trespalacios los colombianos hemos compartido un sentimiento común de indignación; no causa otra sensación la inexplicable e injustificable acción contra la vida de la artista Trespalacios.
Ninguna conducta humana justifica un homicidio, menos si se trata de motivaciones emocionales derivadas de relaciones de pareja.
Las autoridades judiciales en una acción oportuna y eficaz capturaron al principal sospechoso del inefable y cruel crimen, el ciudadano americano John Poulos; ojalá la investigación y el juzgamiento con la misma eficacia determine su responsabilidad.
Mientras tanto, a través de las redes sociales, los abogados penalistas muestran su preocupación por las condiciones procesales en que se desarrollan las audiencias preliminares, pues algunas irregularidades podrían afectar la validez del procedimiento.
Y es verdad, aunque el evento causa el consecuente reproche a nivel general, los formalismos y garantías procesales que le asisten a John Poulos deben ser fielmente cumplidos so pena de que se declare nulidad del procedimiento y se produzca una libertad del hasta ahora único inculpado.
El procedimiento debe ser legal, solo así se conseguirá un juicio que demuestre sin dubitación alguna su responsabilidad o no en el feminicidio. De otra forma, a pesar de que las evidencias nos muestren que Poulos es el principal sospechoso, cualquier declaratoria de responsabilidad será inocua.
De todas formas, es evidente la oportuna acción de las autoridades para lograr la captura y la recolección de los elementos materiales probatorios y las evidencias físicas necesarias para el señalamiento de responsabilidad. Fue una acción acertada, como lo establece el actual desarrollo de la ciencia penal.
Ojalá esa misma eficacia se muestre en las demás investigaciones por delitos sensibles, pues desafortunadamente, de feminicidios, violencia sexual, violencia contra los niños o niñas y conductas denigrantes de la persona, está llena nuestra sociedad, esa es una deplorable verdad, tristemente así es.
Abogado Penalista
Juan Carlos Castillo Pachón.