Jineth bedoya, uno de los tantos casos de revictimización.

Colombia ha sido Condenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el caso de Jineth Bedoya, una mujer periodista que en el año 2000 fue víctima de tortura, secuestro y violaciones. Además, enfrentó durante 21 años las consecuencias de una justicia tardía, ineficaz y negligente, que mantuvo en impunidad los hechos de los que fue víctima y que la colocaron constantemente en situaciones de revictimización.

La revictimización, es un fenómeno en dónde la víctima de un proceso, después de haber sido reconocida como tal, es sometida nuevamente a experiencias que reviven las situaciones que dieron origen a una investigación penal, bien sea por la tardía intervención de la justicia o por las demoras procesales injustificadas, aunque no es el único escenario donde se presenta la revictimización.

La Corte Constitucional, en sentencia T-045 de 2010, afirma que  “Los escenarios de impunidad se convierten en revictimizantes especialmente cuando se duda del testimonio de la víctima, se le trata de forma poco digna, se le expone a nuevos episodios violentos, lo que incluye las amenazas u hostigamientos por su participación en procesos judiciales, o se obstaculiza su acceso a la justicia y la garantía de sus derechos.”

Esta es la situación que enfrentó Jineth Bedoya, quién a la espera de una respuesta estatal frente a su situación, solo se encontró con situaciones que revivieron los hechos que tuvo que enfrentar, un claro fenómeno de 

revictimización que tal como ella lo ha expresado en entrevistas con BBC News Mundo, es una situación que incluso se le ha manifestado en su estado de salud.

A pesar de que los hechos sucedieron en el año 2000, fue hasta el año 2012 que se empezó a ver presencia y avances por parte de la Fiscalía, cuando la agencia de cooperación Inglesa Oxfam le dio relevancia internacional al caso de Bedoya, repercutiendo en el proceso que se adelantaba en Colombia al punto que el expediente fue elevado a la categoría de crimen de lesa humanidad.

Doce años pasaron para que se vinculara a jefes paramilitares en el proceso de Jineth Bedoya, tales como Jesús Emiro Pereira (alias Huevoepisca), Mario Jaimes Mejía (alias El Panadero) y Alejandro Cárdenas Orozco (alias J.J.), situación que pone de presente la negligencia del Estado frente a la justicia del país.

Tal como lo ha documentado la Fundación FLIP, el Estado Colombiano ha dejado ver su desidia frente a los actos de violencia sexual que han tenido que padecer las víctimas del conflicto armado y, en vez de propender por soluciones dignificantes con procesos que respeten los principios y garantías constitucionales, ha optado por impedir y entorpecer el acceso a la justicia.

El caso de Jineth Bedoya no es sino uno de entre tantos casos en Colombia que llevan una larga y tormentosa lucha en busca de la justicia, situación que resulta vergonzosa para el País. De hecho, si este caso no hubiera tenido resonancia internacional, seguramente sería un número más en los listados que revelan las tasas de impunidad en los hechos sucedidos en el marco del conflicto armado y de violencia sexual.

Esta Condena para Colombia, debe ser un llamado de atención para que el Estado deje de ser participe y colaborador de la impunidad, debe actuar como garante evitando situaciones de revictimización, pues es claro que si se hubiera actuado de manera oportuna y eficaz, casos como el de Jineth Bedoya no tendrían por qué llegar a instancias como la Corte Interamericana de Derechos Humanos en búsqueda de que se haga Justicia.